Espiritualidad

El carisma de nuestra Congregación, don excelso que el Espíritu Santo infundió a nuestro Padre Fundador para sus Hijas: las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, se sintetiza en principio en aquellas palabras suyas: “Es necesario que mire a Jesús siempre como Sacerdote”.

La característica especial de la Auxiliar Parroquial, lo que la distingue de las demás almas consagradas a Dios es que, en su entrega para el servicio divino, ella es la auxiliar integral del Sacerdote; el ángel que está pidiendo constantemente por él, por su santificación, por la grandeza de su ministerio; el alma que vive más cerca de Cristo Sacerdote, y del Sacerdote continuador del Sacerdocio de Cristo.
Nuestro Padre fundador nos ayuda a comprender nuestro carisma específico, urgiéndonos a vivir una relación de dependencia absoluta con la Señora, Madre Sacerdotal por antonomasia.

Nuestro Padre fundador nos quiere, centrándolo todo en el Corazón de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, para alcanzar el arte de mover los corazones más endurecidos y trabajar con éxito en el apostolado.

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