Historia de la Congregación

Nuestra Congregación, que lleva el nombre de Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote fue fundada por el Venerable Siervo de Dios José Pío Gurruchaga Castuariense. Desde los comienzos de su labor pastoral, este joven sacerdote percibe que en la parroquia falta un elemento auxiliar. Nota el panorama laicizante que rodea al Sacerdote, su aislamiento, con el consiguiente daño de las almas que no reciben su influencia y menos aún sus enseñanzas. A esto se añade las amarguras de la miseria en muchas de las parroquias sin sacerdote, sin ornamentos, sin lo necesario para el culto, con altares pobrísimos y destrozados… la escasez cada día mayor de vocaciones eclesiásticas… No hay obreros en la Viña del Señor.
Su amor al sacerdocio le hace vibrar ante todo lo que con él se relaciona y ante tantos males no permanece inactivo. Para remediarlos surge en su mente la idea de un Instituto femenino cuyos miembros emulando a las diaconisas de los primeros tiempos de la Iglesia, cooperen en la magna labor del apostolado parroquial, informadas por una gran veneración a los ministros de altar.
Comunicó estas ideas a dos señoritas dirigidas suyas . Almas muy cultivadas por él, y de intensa vida espiritual: Clementina Uría y María Echepare, a las que se unió muy pronto Mª Anunciación Guerendiain y acogieron entusiasmadas la idea propuesta por su director, con la perspectiva de una consagración a Dios.
Esta obra, como suelen ser todas las de Dios, fue germinando silenciosa y calladamente. Primero, el año 1916 harían sus votos privados y con absoluta reserva sólo dos de esas almas generosas. Después, cuando el santo fundador, creyó llegado el momento oportuno, fue a Vitoria, y el día 24 de junio de 1918, expuso sus planes a don Asunción Gurruchaga, su director espiritual. Este lo aprobó y dio permiso para realizarlo. Unos días después, el 6 de julio, se postraban a los pies de la Virgen del Juncal en su camarín, el Fundador y las primeras Hijas. Se estaban colocando los cimientos; y con los cimientos un espíritu renovador de vida cristiana y religiosa, de vida de oración y espíritu de sacrificio.

Durante nueve años estas almas se van forjando en el silencio, perseveran en su entrega, las vocaciones aumentan y movido por ello, el Excmo. Sr. D. Zacarías Martínez, les concedió con fecha de 11 de agosto de 1926, autorización para vivir en comunidad.

Así, el 6 de febrero del año 1927, don José Eguino y Trecu, párroco del Ntra. Sra. del Juncal, en sencilla ceremonia bendijo aquel nuevo hogar religioso. Empezaba así, allí y entonces, la primera comunidad de las Hijas de la Unión Apostólica, como se llamaron en un principio.

El 22 de marzo de 1929, el entonces Obispo de Vitoria D. Mateo Múgica concedió el permiso para tiempo indefinido.

Con el incremento de vocaciones, y las continuas peticiones de varios párrocos, la obra fue extendiéndose, ya por parroquias rurales o por las grandes urbes. Comenzaba a realizarse el sueño dorado del Fundador: ”Que allá donde haya una parroquia y un sacerdote haya también una comunidad de Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote. En todas ellas, sus religiosas cuidan primariamente de la atención al culto divino y de cuanto hace relación al Santo Sacrificio. Además de esta su principal actividad, en cada parroquia y según sus necesidades, se ocupan en diversas actividades pastorales y sociales.
El 14 de marzo 1978 recibía la aprobación pontificia. En la actualidad la Congregación está presente con 22 casas diseminadas por la geografía española, más las comunidades de Querétaro, (México), Azul (Argentina) y otra en la ciudad de Roma.
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